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martes, 17 de junio de 2014

LOCALIZAN UNA FOSA CON RESTOS DE GUERRILLEROS

Con apoyo de estudiantes de la carrera de Antropología de la Universidad Mayor de San Andrés, investigadores de la Policía y la incansable labor de Martha Montiel, hija de uno de los combatientes, se pudo ubicar una fosa común próxima a la localidad de Teoponte, donde se cree, fueron sepultados los restos de los efectivos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras haber sido fusilados por militares, informó el diario Alarma.

Muy temprano, el 19 de julio de 1970, alrededor de 70 dirigentes de la Confederación Universitaria Boliviana, obreros y voluntarios internacionalistas se dirigieron, desde la plaza Villarroel hacia el norte tropical paceño.

Meses antes, el ELN, fundado por Ernesto Che Guevara en noviembre de 1966 en el sudeste boliviano, había lanzado una proclama: Volveremos a las montañas.

Un núcleo de jóvenes idealistas, con escasa preparación militar, hizo realidad aquella consigna, aunque los insurgentes sostuvieron muy pocos combates con las fuerzas regulares del Estado.

Licenciados y fusilados. Desde las primeras acciones, el entonces presidente Alfredo Ovando dio la orden de aniquilar el foco guerrillero. Los uniformados rodearon la zona, que cinco años antes había sido descartada por Guevara para iniciar sus actividades, debido a que era fácilmente controlable.

Muy pronto, los combatientes descubrieron que las cosas no resultarían ni remotamente como las planificaron.

Hubo un grupo, entre los que se destacaron los hermanos Quiroga Bonadona y el cantautor Benjo Cruz, quienes pidieron su licenciamiento. Entregaron sus armas y uniformes antes de emprender el camino del retorno, pero fueron capturados por los militares, que los fusilaron. Cumplían órdenes provenientes de La Paz.

Otros, menos afortunados, como Néstor Paz Zamora, murieron de inanición, pues los víveres se acabaron pronto y el aislamiento impidió el abastecimiento regular de toda la zona.

La caída de Ovando y la ascensión a la Presidencia del general Juan José Torres, además de la acción de activistas de derechos humanos y de prelados católicos permitió que los sobrevivientes no fuesen asesinados como sus camaradas.

La lucha de una hija. Contra obstáculos y la indiferencia general, Martha Montiel, de nacionalidad chilena e hija de Tirso Montiel, uno de los integrantes de la columna, lucha desde hace varios años para recuperar los restos de su padre para que concluyan más de 40 años de desaparición forzada.

Montiel viajó a Teoponte, donde se entrevistó con el Alcalde de ese municipio y tras hacer nuevas pesquisas, presentó ante la fuerza anticrimen de La Paz un requerimiento para que se abra la tumba y se determine la identidad de las personas allí sepultadas.

En declaraciones formuladas a Alarma, el investigador policial Eloy Mamani dijo que "la fosa común con los cuerpos fue descubierta por la señora Montiel. Ella dice que leyó muchos libros y tomó contacto con el Alcalde de Teoponte y, así, por referencia de los pobladores dio con los cadáveres que se encuentran cerca del calvario de la zona".

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