Un análisis de lo que pudo haber sido la composición estatal de Tiwanaku muestra un alcance geográfico caracterizado por cuatro regiones mayores: el territorio nuclear, el área nuclear, las provincias y la periferia (Rivera, 2012; basándose en conceptos planteados por Stanish).
- El territorio nuclear, el centro, formado por el sitio de Tiwanaku, con el complejo ceremonial y todos sus componentes.
- El área nuclear estaría conformada por el territorio que el Estado fue incorporando en los primeros momentos de su expansión sobre lugares cercanos en la zona del Titicaca, involucrando a “linajes aliados” (Rivera, 2012). Los asentamientos de Pajchiri, Ojje, Sillumoko, Pariti, Copacabana y la isla del Sol conformarían parte del área nuclear de Tiwanaku.
- Las provincias serían territorios más distantes, como Moquegua, el valle costero del Sur del Perú donde Tiwanaku estableció colonias controladas directamente desde el núcleo; lo mismo pudo haber sucedido en el valle de Cochabamba o en Yungas, posiblemente para la producción de maíz y coca.
- La periferia estaría formada por territorios donde no existió el control estatal de Tiwanaku, pero donde sí se desarrollaron relaciones de alianza del Estado con las élites locales, lo que permitió el acceso a productos exóticos, como piedras semipreciosas y otros, por medio de obsequios, posiblemente bienes de lujo a cambio de la posibilidad del acceso a estos recursos.
Isbell (2008) considera que esta estructura pudo haber generado lo que llama “un modelo cultural internacional” o un “campo cultural” basado en “la promoción de una nueva religión e identidad a través del consumo de una cultura material distintiva”. Esta cultura material característica, con su conjunto de imágenes definidas, fue compartida por Tiwanaku y Wari, como veremos más adelante.
Ciudades, centros ceremoniales y sitios de producción agrícola formaron parte de la esfera de Tiwanaku. Algunos de éstos estuvieron relativamente cerca del centro ceremonial de Tiwanaku, como Wilakollu, en Lukurmata, Pajchiri Chujuperka de Ojje y Pariti; otros asentamientos que no muestran una arquitectura monumental fueron posiblemente centros residenciales y cementerios dispersos, según un patrón rural. Hubo también otros sitios que por sus características y ubicación habrían cumplido funciones específicas, como Iwawe, el puerto sobre el lago Titicaca (Albarracín, 1996). Según Isbell, Tiwanaku tuvo complejas jerarquías de asentamientos. Al parecer, las características de estos sitios también variaron de acuerdo a la forma en que fueron establecidos, a la dinámica de su incorporación y a su relación con el centro de Tiwanaku. Los diferentes sitios, en puntos cercanos, lejanos y distantes de la ciudad, muestran también características formales variadas: algunos de ellos tienen construcciones que definirían un “estilo” Tiwanaku: en algunos se encontró cerámica igual a la del territorio nuclear, en otros no hay ninguna evidencia de cerámica, unos tienen textiles y otros no.
Actualmente, se considera que la hegemonía de Tiwanaku sobre una amplia región del centro- Sur andino parece haberse basado en la “difusión de una nueva religión y de una nueva identidad a través del consumo de una cultura material distintiva” (Isbell, 2008)
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