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sábado, 23 de marzo de 2013

Cobija la ciudad de las ruinas

Pasaron 134 años de la pérdida del Litoral boliviano, y a diferencia de la suerte que tuvieron las ciudades bolivianas cautivas, Cobija que era considerada como un puerto importante, tras Antofagasta, ahora se constituye en un espacio de tierra a las orillas del mar, en medio de ruinas.

El puerto de Cobija fue creado el 25 de diciembre de 1825 con el nombre de Puerto La Mar, una vez que se constituyó la República de Bolivia el 6 de Agosto del mismo año, por Simón Bolívar. Está situada entre las ciudades de Tocopilla y Mejillones.

De acuerdo a la historia, la creación de este puerto, fue el resultado del fracaso de las negociaciones con el Perú, para la cesión del puerto de Arica. Posteriormente, el gobierno de Bolívar comisionó al militar, Francisco Burdet O’Connor para el establecimiento del puerto de Cobija, que antiguamente era un asentamiento chango. Las condiciones geográficas ayudaron para ese fin.



FUNDACIÓN

Cobija fue fundada por la colonia española en 1578, que en una primera instancia fue un puerto de la Audiencia de Charcas y luego de la República de Bolivia, perteneciendo a la región de Atacama y a la Intendencia de la Villa Imperial.

La importancia de Cobija en su época fue por el arribo de aristócratas, quienes originaron un desarrollo cultural y económico antes de la fundación del puerto de Antofagasta, durante la República de Bolivia.

Durante el proceso de formación de la Confederación Perú-Boliviana, las tropas peruanas tomaron el puerto de Cobija y en el combate mataron al militar boliviano Gaspar Aramayo.

El progreso de Cobija fue notorio con la instalación de una planta de de-

salinización de agua de mar en 1857, cuyo propietario era don José Santos Ossa. Tenía una población de mil habitantes aproximadamente. Fueron precisamente sus pobladores que en 1870 descubrieron las riquezas argentíferas de Caracoles.

Sin embargo, ese progreso tuvo como adversario a la naturaleza, ya que en 1868 se registró un terremoto que destruyó la mitad de la ciudad y un brote de fiebre amarilla hizo escarnio de sus habitantes, un año después.

El castigo de la madre natura fue aún mayor, dos años antes de la invasión chilena y quizás como un presagio de la guerra, ya que en 1877 un terremoto con posterior tsunami destruyó las edificaciones de las localidades circundantes al Litoral boliviano. Ante ese hecho, las autoridades bolivianas determinaron trasladarse a Antofagasta, pese a esa situación la población sería menor en consideración a la cantidad de chilenos que estaban viviendo en ese puerto.

Un año después de terminada la Guerra del Pacífico en 1883, Cobija tenía 429 habitantes y a inicios del siglo pasado, fue abandonada casi definitivamente, convirtiéndose a la fecha en la ciudad de las ruinas.

Allí se observa el lugar como una ciudad fantasma, llena de ruinas y algunos recordatorios como la de la iglesia de Santa María Magdalena, en cuyo sitio solo hay dos cruces.

Entre los meses de marzo y abril se levanta la veda de la pesca de pulpo, por lo que pescadores de Antofagasta en número de 40, se trasladan hasta Cobija para establecerse en forma temporal con la instalación de carpas o casas prefabricadas y dedicarse a esa actividad.

El muelle es prácticamente un testigo mudo de lo que fue Cobija; a alguien se le ocurrió colocar un bote en desuso encima del muelle con la inscripción que lleva el nombre de Cobija.

El gobierno chileno prácticamente se olvidó de ese puerto y hoy la mayoría de los habitantes de Antofagasta, ni siquiera saben de la existencia de Cobija.

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