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domingo, 24 de marzo de 2013

“La pérdida del Litoral Boliviano es la herida más profunda que hemos tenido en nuestra historia”


Después de más de 130 años del infausto momento, tras la Guerra del Pacífico, el país quedó obligado a ceder a perpetuidad los derechos del Litoral boliviano. Lo que a la postre se ha convertido en la herida más profunda de nuestra historia, sostuvo el excanciller boliviano, Armando Loaiza.
Es oportuno resaltar este episodio, dijo, porque nos trae a la memoria la valerosa acción de un grupo de civiles, que al mando de don Eduardo Abaroa que sin contar con más que unos cuantos fusiles, hicieron frente al ejército invasor que venía preparado para la batalla decisiva. “No soy pesimista, pero considero que esta es la herida más profunda que hemos tenido en nuestra historia y que sigue sangrando”, sostuvo el excanciller.
Loayza resaltó que el pueblo boliviano, mandatarios, personalidades y excancilleres nunca cesaron en su intención de buscar un arreglo, con la República de Chile, que supusiera una reintegración marítima para que Bolivia reasuma alguna forma de soberanía, sobre las costas del Pacífico.
“Hubo mucha gente de gran patriotismo, desprendimiento y coraje entre nuestros mandatarios y hombres públicos, que han buscado un arreglo con Chile y la verdad que hemos estado, en muchas ocasiones, muy cerca de lograrlo”, dijo.
Uno de esos momentos se presentó en 1895, cuando Bolivia y Chile llegan a un acuerdo, 15 años después de la Guerra del Pacífico, en la cual se acepta una cesión a favor de Bolivia en los departamentos de Tacna y Arica, en ese entonces en manos chilenas. Éste fue muy significativo, considerando que se trataba de una costa de 84 kilómetros, pero desafortunadamente el Congreso Boliviano, no estuvo a la altura de las circunstancias y, prácticamente, no pudo alcanzar un pleno acuerdo. El Legislativo, por diversas actitudes, entrabó el tratado.
Otros intentos de acuerdo se presentaron entre 1921 y 1950, este último logró expectativa, por las “Notas Diplomáticas de 1950”, mediante las cuales, Chile reconoce que existe un conflicto pendiente y que se debe solucionar”.
En1975, con la “Negociación de Charaña” y luego en 1987, con la propuesta del “Enfoque Fresco”, nuevamente, se plantea la cesión una franja de territorio en la frontera con Perú y tres enclaves más al sur. “Estuvimos cerca de un acuerdo en todas esas oportunidades, muchos hombres públicos y mandatarios, actuaron con patriotismo y decisión en ese proceso”, dijo.
La propuesta del “Enfoque Fresco” fue el último intento de negociación en el último gobierno de Víctor Paz Estensoro, desde entonces si bien no se ha vuelto a negociar un acuerdo con Chile, no es menos cierto, que no se ha seguido en ese objetivo, permanentemente. Se ha estado conversando en los últimos 25 años, con las autoridades chilenas, para buscar el terreno apropiado que nos conduzca a un acuerdo.
En opinión del excanciller Loaiza, desde el 2002 la negociación de una Agenda Bilateral Boliviano-Chileno ha sido importante y ambas partes actuaron de buena fe, al punto de coincidir en un listado de los temas más importantes del proceso de negociación Boliviano-Chileno. “Si en este momento uno mira serenamente la agenda bilateral, la encontrará con mayores contenidos políticos, económicos, fronterizos, comerciales e incluso de cooperación en la esfera policial y militar”.
La Agenda Boliviano-Chilena, sostuvo, fue trabajada en base a una negociación de varios años antes de compactar en la Agenda de los 13 puntos, “no se llegó a una confianza recíproca, pero se dieron pasos importantes en la negociación, incluso en temas económicos, comerciales y de los recursos hídricos, que comprende la disposición de las aguas del Silala y del Lauca”.
Sin embargo, el 23 de marzo de 2011, por motivos que no han sido suficientemente esclarecidos por parte del Gobierno, se produjo un cambio, un golpe de timón, por parte del presidente Evo Morales que había iniciado años atrás una negociación muy importante con el gobierno de Ricardo Lagos y posteriormente con la expresidenta Michelle Bachelet, cuando alegó que el proceso de diálogo con Chile era “perder el tiempo” y que habría que buscar otros caminos, para lograr nuestro anhelo marítimo, pero no se presentaron argumentos suficientemente consistentes, para desechar simple y llanamente la gestión diplomática de la Agenda de los 13 puntos.

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