Las pucaras eran construcciones defensivas ubicadas
en elevaciones que tenían acceso a pastizales,
agua y algunos sembradíos. Estudios arqueológicos
han establecido que durante el Intermedio Tardío
la población altiplánica abandonó los poblados
de las planicies cercanas a los lagos para habitar
en las alturas. Este cambio de asentamientos junto
con la presencia de pucaras muestra un periodo de
inestabilidad política y de conflictos entre grupos.
Correspondería a lo que Guaman Poma llama el
aucaruna o periodo de guerras. Varias crónicas y
estudios posteriores dan testimonio histórico de la
conflictividad de este periodo que puede atribuirse
a la falta de tierras de cultivo y pastoreo, y por
supuesto a la ausencia de un poder centralizador
(Uhle, 1892, 1920, 1935; Tschopic, 1946, Hyslop,
1977; Rowe, 1982; Bouysse-Cassagne, 1987; Saignes,
1986; Albarracín-Jordan, 1996; Stanish 1997a ;
Nielsen, 2002).
El elemento preponderante para la construcción
de pucaras, fueron las peleas por los recursos
que se vieron drásticamente disminuidos por el
cambio climático ocurrido alrededor del 1250 d.
C. -1310. La sequía fue tan radical que disminuyó notablemente el área cultivable y de pastoreo así
como el potencial de pesca. Estas sequías provocaron
también migraciones de pueblos del Sur
que contribuyeron aun más a estas pugnas.
Las pucaras están presentes en los Andes del
Norte y del sur, aunque con matices según las
regiones. Al Norte y Noreste del lago, en región
colla, abundan estas construcciones formando
agrupaciones de defensa (Arkush, 2009). Muchas
de ellas –aunque no todas– eran verdaderas
comunidades con unas 500-600 viviendas. La
mayoría de ellas fueron ocupadas entre 1300-1450
pudiendo haber sido construidas para defenderse
del asedio inca. En cambio en la región pacaje de
Caquiaviri la mayoría de los asentamientos posttiwanaku
se fundaron en la planicie desprotegida
y no en las alturas como cabría suponer. El hecho
de que los asentamientos en la pampa siguieran
siendo la mayoría, hace pensar que las pucaras en
esa zona no fueron de ocupación permanente. En
esta región, por ejemplo, la pucara de Paucarpata se
habría construido en el siglo XIII, unos 200 años
después de la caída de Tiwanaku y fue ocupada
solamente por un par de generaciones ya que hacia
1350 había sido abandonada. Al parecer en esta
zona y en este momento aún no se construían las
chullpas para enterrar a los difuntos, lo que indicaría
al Sur del Titicaca las pucaras precedieron al
sistema de chullpas (Pärssinen, 2009).
En líneas generales, una pucara era una
adaptación para habitar una altura, un cerro o
serranía. Suele estar delimitada por profundas
quebradas y es común que esté rodeada de uno
o varios muros perimetrales dificultando el acceso
y haciendo de éste un sitio defensivo. En su
interior se encontraban viviendas generalmente
redondas –entre unas cuantas hasta centenares
de ellas– y a veces habitaciones rectangulares que
podrían ser incorporaciones más tardías; asimismo
depósitos para alimentos y vituallas. También
tenían callejones, recintos y sectores funerarios
en estos casos fueron comunidades completas, no
solo guarniciones para guerreros. En ocasiones
contaban con terrazas y muros de contención a
los bordes de las quebradas, patios y lugares de
observación hacia el camino. Habiendo no una
sino varias pucaras –como se observa en la región
colla– hubo una vista excelente entre una pucara
y otra, pudiendo haber usado señales de humo
(Stanish, 2003).
En la región del lago Poopó, hoy Oruro, se
observa un patrón un tanto similar, por un lado,
en tiempos paralelos a Tiwanaku el patrón de
ocupación estaba centrado en lugares altos donde
se registra población nucleada, por ende se registran
sitios grandes y de ocupación densa. Este
patrón se mantuvo hasta antes de la incursión
inca; pero debido a la característica productiva
de las poblaciones alrededor del Poopó también
se advierte un patrón de movilidad, expresado en
sitios pequeños y de uso temporal.
Es importante aclarar que en Oruro los
sitios altos y nucleados no son siempre pucaras
defensivas, sino más bien sitios de ocupación
permanente. Sin embargo, en un período más tardío
e incluso paralelo al inca se observan pucaras
defensivas y con evidencias de uso militar o de
conflicto. Se ha dicho mucho acerca de guerras
entre grupos locales por el territorio para explicar
la construcción de las pucaras, a pesar de ello lo
que se observa en esta parte del altiplano es la
construcción de fortalezas probablemente para la
defensa de las poblaciones contra una injerencia
mayor: ¿los incas? Ese tipo de estructuras fueron
documentadas en la frontera entre el actual
Oruro y Potosí. Un ejemplo es la fortaleza de
Oroncota en el Pilcomayo (Alconini, 2002a).
Otro tipo de pucaras, como las existentes en la
región de Sajama, son de uso ritual. Presentan
las características típicas de construcción, pero la evidencia muestra un uso relacionado a ritos con
los cerros y con la muerte. Eso debido a la asociación
de algunas de ellas con torres funerarias,
como las observadas en la región del Río Lauca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario