Si durante el periodo de Tiwanaku hubo en el
altiplano un Estado cuya ideología se expandió
con más o menos fuerza por toda el área, en el
siguiente periodo encontramos unidades que es
difícil denominarlas como Estados, no solamente
porque tenían un carácter más restringido en
cuanto al territorio, población y organización
social sino que no tuvieron las instituciones que
forman un Estado propiamente dicho. Siendo
en gran medida pueblos pastoriles con la necesidad
de moverse constantemente en el espacio
tienen la tendencia a la autodeterminación en
los aspectos básicos de su vida (económica, ritual,
política…) lo que en cierta medida entra
en contradicción con una organización estatal
centralizada y territorializada (Khasanov, 1994;
Barth, 1976). Sin embargo la participación en
rutas de intercambio obliga, por lo menos a parte
de ellos, a manejarse con un tipo de organización
que tiene muchos atributos de los Estados:
regulación de ciertas normas y soberanía interna
necesaria para su desenvolvimiento.
En este periodo tuvieron lugar cambios
profundos; es posible constatar en diversas regiones
(valles de Chuquisaca, región intersalar,
Potosí…) un importante aumento demográfico,
mayor extensión de tierras cultivadas así como
el uso de terrazas de cultivo y de canales de
riego. También son evidentes el incremento de
la construcción de pucaras o sitios defensivos y
la presencia de enterramientos en chullpares que
es la materialización del culto a los antepasados.
Estos cambios, asimismo produjeron otros de
carácter menos evidente como la forma de organización
social que implicaban. La propuesta
de Nielsen (2006) para la región circumpuneña
y que se podría extender hacia el resto de los
Andes, es que constituyeron prácticas de gobierno
descentralizado y apropiación corporativa
de recursos. Esta forma de ejercicio del poder
y apropiación de recursos podría reflejarse en la
organización segmentaria en ayllus que se evidencia
en la documentación colonial temprana
y que proviene de una larga data.
Los Señoríos se caracterizan por el dominio
que ejercían sus autoridades sobre una
población organizada en una cantidad variable
de grupos de parentesco o ayllus que ocupaban
un territorio básicamente en el altiplano pero
con dominio discontinuo en otras ecologías,
lo que John Murra (1975) ha llamado “control
vertical” y Ramiro Condarco (1971) “simbiosis
interzonal”. Aunque se conoce menos. La situación
en las Tierras Bajas, parece ser un periodo
de masivos movimientos de población estando
ausente algún tipo de organización estatal.
En el altiplano, las autoridades de los Señoríos
ejercían el poder gracias a líneas de descendencia
de un antepasado mítico heredando
el cargo en líneas paralelas que iban de padre a
sobrino, o hermano para luego retornar al hijo.
El ejercicio de la autoridad era considerado
como la consecución de un camino, taki, que
implicaba haber seguido una serie de cargos
menores hasta llegar al de mallku. Este señor
étnico ejercía el cargo de manera paralela a su
“segunda” o yanapaco que normalmente era la
autoridad de una “parcialidad” secundaria denominada
urinsaya. La parcialidad principal se
denominaba aransaya, aunque según las zonas
los términos podrían variar y también la organización
dual pues a veces se organizaron en
tres segmentos.
La independencia que se observa en cada
uno de estos Señoríos, que no está sujeto a un
poder superior, va a ser una de las particularidades
de más larga duración entre los pueblos del
altiplano. En este sentido el posterior dominio
inca fue posible gracias a que incorporó bajo su
Estado a grupos con un margen interesante de
autogobierno y autosuficiencia. En el periodo
colonial se pudo seguir una serie de estrategias
de las poblaciones locales en busca de esta autonomía
aun bajo las imposiciones de la Corona
española.
¿Cuál es el término que mejor define a estas
unidades sociopolíticas? ¿Denominamos “reino”,
“señorío”, “nación”, “curacazgo”? Las ciencias
sociales y las humanidades encuentran que
los límites del lenguaje son, al mismo tiempo,
los límites discursivos donde la complejidad del
mundo social sobrepasa la capacidad expresiva
104 DE LOS ORÍGENES A LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS PRESHISPÁNICOS / TOMO I
del lenguaje convencional. Para referirse a las
especificidades del mundo andino es preciso
plantearse el problema de la originalidad social
del mismo así como sus similitudes con realidades
en otras partes del mundo. Señorío, queda
como un término relativamente más adecuado,
que enfatiza en el poder de un señor, entendiendo
que el proceso andino tampoco es único en el
mundo y tiene puntos en común con el desarrollo
histórico que tuvo lugar en otras partes del
planeta. Aquí tiene lugar un sistema de autoridades
que gobernaron a un grupo social, más o
menos numeroso, ubicado en un territorio dado
sin llegar a constituir un Estado. La expresión
“desarrollo regionales” tiene una mayor aceptación
entre los arqueólogos, pues hace énfasis en
procesos más ligados a la cultura material más
que a la política y se aplica con mayor facilidad
al discurso arqueológico, además el término es
tan amplio que podría aplicarse a otras épocas.
Finalmente Intermedio Tardío corresponde
a una cronología arqueológica planteada en
horizontes culturales por Rowe en los años ’50
pero sigue en vigencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario