No se conoce con precisión su situación previa
a la presencia inca. Es posible que mantuvieran
independencia de la población aymara habitando
las orillas de los ríos e incluso entre los
totorales donde se refugiaban en momentos
conflictivos. Entonces, mientras la población
aymara construyó sus pucaras en las alturas, los
urus se adentraron al lago con la misma finalidad
de protección. En el siglo XVI, a la llegada de
los españoles, constituían una cuarta parte de la
población altiplánica.
Se trata de la población más antigua del
mundo andino cuyos orígenes se pierden en la
memoria, creando una cultura que se desarrolló
a las orillas de ríos, lagos y salares a lo largo de
unos 800 kilómetros. Su hábitat principal se ubica
desde el río Azángaro, al Norte del lago Titicaca,
hasta el lago Coipasa, en el departamento de
Oruro, pasando por el río Desaguadero, el lago
Uru Uru y Poopó así como en las islas del lago
y las islas artificiales construidas por ellos. En el
siglo XVI hay datos acerca de poblaciones urus
en la costa del Pacífico (Hidalgo, 2004). Entre
los lugares más poblados por urus está la región
Norte del lago Poopó, cerca de la actual ciudad
de Oruro. Excepcionalmente como en Lípez,
(Potosí) , se sabe por el informe de Lozano Machuca
de 1581, que vivían allí cerca de algunas
ciénagas “unos mil indos uros” que se sustentan
de la caza de guanacos, vicuñas y algún pescado
y raíces (Wachtel, 2001).
Hoy en día los urus siguen conservando sus
rasgos culturales y se distinguen por su idioma,
vestimenta y modo de vida siendo una de sus
características la movilidad en zonas con acceso
al agua. En la región del lago Titicaca los urus se
llaman a sí mismos kot’suns, es decir “hombres del
lago”, distintos de los hombres “secos” (Wachtel,
2001).
Formaron parte de varios Señoríos del
altiplano que incorporaban población aymara
y uru, situación que probablemente provenía
del ordenamiento inca. Los aymaras, sin duda,
constituían el grupo dominante y consideraban
a los urus como parte de “otra humanidad”. Ellos
mismos se llamaban hombres del agua y a los
aymaras “hombres secos”. La lengua particular
de los urus se mantuvo a pesar de la convivencia continua con grupos de lengua aymara. Ha sido
denominada por los lingüistas “uruquilla” y por
los propios urus “puquina”. Sin embargo, los
vocabularios de lengua puquina del periodo colonial
muestran que uruquilla y puquina son dos
lenguas diferentes (Torero, 1972/1992).
No solamente su lengua era distinta también
su economía y cultura se basaban en productos
lacustres: patos, parihuanas, peces, algas y totora,
principalmente. Eran excelentes navegantes, expertos
en elaborar balsas de totora, puentes flotantes
e islas artificiales. De ese material también
hacían sombreros, ropa, cestas, redes, esteras y sus
viviendas y alguna vestimenta. Cuando los incas
conquistaron la región del lago Titicaca, sacaron
a los urus de su hábitat y los organizaron en ayllus
que, aunque mantenían sus propias autoridades,
dependían de otra sea ésta inca o aymara.
Bajo el denominativo uru se reúne una variedad
de grupos con nombre propio como los
Iruito de Jesús de Machaca, los Uchusumas del
Desaguadero, los Chillaguas dispersos desde el
Sur de Oruro hasta Aria y Azapa; los Villi-Villi de
Oruro, Uruquilla del Sur del Lago Poopó y los
más conocidos Chipayas de Carangas (Oruro)..
Nathan Wachtel (2001), experto en la historia
de los urus, explica que a pesar de que en
el periodo colonial fueron considerados como
una sociedad inferior, no todos los urus tenían el
mismo status. Algunos, como los de Yunguyo y
Zepita (del Señorío Lupaca) tenían una categoría
superior; otros datos informan que las principales
autoridades Sabaya (Carangas) eran de origen uru
por su parte los ochosumas del Desaguadero eran
los más pobres y se alimentaban de peces y raíces
de totora. Huellas de esta milenaria población
se pueden encontrar en las deidades lacustres
que probablemente fueron originariamente uru.
Nos referimos a algunas deidades femeninas, por
una parte Quesintuu y Umantuu dos hermanas y
mujeres-peces con quienes “pecó” Tunupa (deidad
de la región del Titicaca e hijo del Rayo)
(Bertonio, [1612] 1984). Por otra parte, el “ídolo
de Copacabana” y divinidad central del lago Titicaca
también parece ser una deidad femenina
de origen uru. El cronista Ramos Gavilán la
describe como una piedra azul vistosa con un
rostro humano y el cuerpo como pez, y añade:
“a éste adoraban por dios de su laguna”. Teresa
Gisbert (2004) propone que esta deidad, habría
sido sustituida por la Virgen de Copacabana.
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