En medio de las luchas comunes en el Intermedio
Tardio, la marka de Machaca, estuvo un
tiempo en poder de los collas; aprovechando los
enfrentamientos internos, probablemente fue
el Inca Pachacuti (el noveno Inca 1438-1471)
quien conquistó a los pacajes.
Se puede encontrar en los pacajes una excelente
muestra de cómo la desintegración de
Tiwanaku afectó de manera diferenciada al altiplano
pues en algunos casos hubo una ruptura
total y en otros no la hubo. Los pacajes muestran
en algunos sectores continuidad con Tiwanaku,
así observa Albarracín (1996) en la cerámica que
paulatinamente fue perdiendo calidad y complejidad.
Pero en otros sectores de los pacajes hubo
un cambio más brusco que se observa en el tipo
de enterramientos en chullpas características del
nuevo periodo. Tal vez por esta doble situación
es que Mercado de Peñaloza ([1583] 1965)
sostuvo que los pacajes tenían un doble origen,
unos en el lago y otros al Sur del altiplano (Carangas).
Esta misma ruptura se observa entre
los lupacas, pueblo vecino a los pacajes, que
aparecen en la documentación como invasores
que se instalaron en zonas que antes estuvieron
dominadas por Tiwanaku. Otros vecinos, como
los collas, más bien fueron empujados hacia el
Norte y los valles del Noreste del Titicaca.
Investigaciones arqueológicas en la región
pacaje, encuentran que en el periodo tiwanacota
la población se concentraba en el valle de
Tiwanaku y áreas aledañas al lago. Luego del
colapso de esa cultura, el número de asentamientos
humanos experimentó un explosivo
incremento, particularmente en ciertas áreas,
como en Caquiaviri, pero estas poblaciones
no se encontraban en sitios defensivos sino en
plena pampa. La cerámica que se encontró en
30 asentamientos del lugar muestra presencia
de cerámica pacaje, inca-pacaje y alguna con influencia de Tiwanaku, pero no Tiwanaku
puro, lo que indicaría su poblamiento luego de
su desmoronamiento.
Su territorio, ubicado al Sur del lago Titicaca,
estaba dividido en dos sectores, uno umasuyu
y otro urcusuyu; abarcaba un amplio espacio
que incluía la antigua ciudad de Tiwanaku y la
actual ciudad de La Paz. Limitaba al Este con
la “provincia de Carabaya y Quirhuas”, al Oeste
con el lago Titicaca. Al Sudeste con los yungas
y al Sur con Caracollo. En el centro principal,
Caquiaviri, vivían las autoridades pacajes y
también allí se construyeron sus enterramientos
por lo que se encuentran restos de chullpas
(torres funerarias) con algunos diseños. El resto
de los asentamientos pacajes eran pequeños
sitios dispersos por el territorio, típica forma
de ocupación del espacio en el altiplano. A la
llegada de los españoles contaban entre 18000
y 20.000 unidades domésticas, es decir unos
100.000 habitantes, que estaban divididos en
markas o pueblos.
Al igual que otros Señoríos que accedían
al lago, su economía se sostenía mediante
pesquerías, totora, patos, otras aves acuáticas
y algas, también contaban con gran cantidad
de camélidos tanto domésticos (llama y alpaca)
como silvestres (vicuña y guanacu). En el altiplano
sembraban productos propios de la zona y
accedían a otros mediante el “control vertical”,
sus mitmas o colonos, controlaban tierras en los valles y yungas. Hubo colonias pacajes en
Larecaja donde estaban junto con los collas y
lupacas, también en Cochabamba, donde los
incas establecieron un enorme centro productor
de maíz; además tenían mitmas en Chaquí, cerca
de la actual ciudad de Potosí, entre otros.
Los pacajaque; hombres-águila, hablaban
un aymara que fue considerado por Bertonio
([1612] 1984) uno de los más ricos del altiplano;
tenía alguna diferencia con el que hablaban los
lupacas. Otro signo de identidad era su traje,
de modo que los hombres llevaban un bonete
de color amarillo que permitía distinguirlos
fácilmente y las mujeres usaban una especie
de capucha ligeramente levantada en la parte
delantera.
El Señorío pacaje, incluía a urus, aymaras
y algunos de habla puquina siendo este idioma
entre los pacajes menos importante que entre
los collas. Sin embargo, en ciertos lugares como
en la ciudad de La Paz, se hablaba tanto puquina
como aymara. Por otra parte se sabe que los urus
estaban organizados en ayllus sin mezclarse con
otras etnicidades, hablaban su propia lengua
teniendo poco o ningún acceso a tierras, en
cambio mantuvieron el dominio del lago y sus
recursos. No existen referencias concretas sobre
los lari lari o choquela (cazadores) pero es muy
probable que formaran parte de los pacajes pues
quedan resabios de una danza con este nombre.
Se considera por tanto un Señorío multiétnico.
La tradición oral recogida en documentos
coloniales refiere la existencia de una autoridad
mítica denominada Apo Guarachi que tenía su
“palacio” en Quillacas, al Sur del lago Poopó.
Apo Guarachi tuvo dos hijos: Llanquetiti y Copatiti
que figurarán como mallkus de los pacajes
antes de la presencia inca. Al igual que entre los
lupacas se administraron con doble autoridad
siguiendo un sistema de sucesión que pasaba de
hermano mayor al menor para luego regresar a
otra línea familiar, a un sobrino o al tío; pocas
veces heredaba directamente el hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario