Posiblemente, el trabajo en metales fue también una de las especialidades más destacadas. El oro, la plata, el bronce y el cobre fueron transformados en piezas de uso ceremonial. Otras formaron parte de ajuares funerarios. Es probable que láminas de oro y de plata dieran lugar a la creación de máscaras y diademas que fueron decoradas con las técnicas de repujado, incisión y martillado. El oro, la plata y el cobre también fueron los materiales empleados para adornos que se usaban directamente sobre la piel, como brazaletes, ombligueros, pectorales, orejeras y collares, combinados a veces con piedras semipreciosas en objetos suntuarios. Círculos de oro y plata laminada fueron cosidos posiblemente a la ropa de la élite, dando mayor fastuosidad a los textiles.
En construcciones monumentales, grapas de cobre fueron usadas para reforzar la unión de grandes bloques de piedra en las construcciones más importantes de la urbe. Se considera la posibilidad de que los frisos de la Puerta del Sol hayan estado revestidos por láminas de metal, posiblemente de oro, como sucedía también en otras construcciones del centro ceremonial que muestran evidencias de pequeñas perforaciones en la piedra para asegurar, posiblemente, las láminas de metal por medio de pequeños clavos hechos también de oro o de cobre. Igualmente, de cobre y de bronce se hicieron hachas, cuchillos y otros instrumentos rituales cortantes.
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