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jueves, 6 de agosto de 2015

Bartolina Sisa, heroína indígena de Bolivia

Bartolina Sisa, nació el 25 de agosto de 1750 en la provincia Loayza del departamento de La Paz, fue hija de José Sisa y Josefa Vargas, originarios del Alto Perú, quienes vivían del comercio de la coca, en la localidad de los Yungas y de la tela o bayeta de la tierra, actividades que realizaban para liberarse del sometimiento al que estaban condenados todos los pueblos originarios de esas tierras.

Esa realidad hizo que la familia Sisa, se trasladara a la Villa de Sica Sica, es así que junto a sus padres, Bartolina adquirió la experiencia en el rubro del comercio, logrando independizarse a sus 19 años. Durante sus viajes por muchas ciudades, pueblos, comunidades, minas, cocales, entre otros, conoció la realidad en la que vivían los pueblos andinos, es así que observó el sometimiento, la explotación, las ofensas y el abuso que sufrían, sus hermanos indígenas por parte de las autoridades, los blancos españoles.

Esta febril actividad permitió a Bartolina Sisa, liberarse de la condición de servidumbre y esclavitud a la que fue sometida su nación originaria por los colonialistas. Es así que la heroína indígena fue tomando verdadera conciencia y asumiendo una profunda convicción por redimir a su pueblo de las cadenas de la opresión y luchar por la emancipación definitiva de las comunidades originarias andinas.

Bartolina Sisa con 25 años de edad se casó con Julián Apaza, más tarde conocido como Túpac Katari, el cual antes de comenzar la guerra había sido sacristán en la parroquia de Ayoayo situada a 90 kilómetros de la ciudad de La Paz. Durante esta etapa ambos tuvieron la ocasión de coincidir con los ideales libertarios del arriero José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru) y de los hermanos Dámaso y Tomás Katari de Chayanta, con quienes aunaron sus propósitos emancipatorios, basados en una sólida convergencia de criterios, tácticas y estrategias de lucha. De este modo decidieron elaborar un plan de acciones debidamente sistematizadas que puso en pie de guerra a más de 150 mil indígenas en toda la región más conflictiva del Perú, La Paz, Oruro, y los valles de Chayanta en Bolivia.

En el año 1780 todo el altiplano se hallaba convulsionado con la sublevación de Túpac Katari y Bartolina Sisa ayudó a su esposo a organizar los campamentos en el Alto de La Paz, Chacaltaya, Killikilli.

Para los españoles dominar la insurrección era cuestión de vida o muerte, si vencían los rebeldes, acababa el poderío de España, no solo en las colonias americanas, sino en todo el imperio, para los indios la sublevación establecía la recuperación de su libertad, territorio y riquezas o su definitiva claudicación ante el poderío de los blancos. Es así que al estallar la insurgencia Aymara-Quishwa de 1781, su esposo era proclamado Virrey del Inca y ella era proclamada Virreina, pero no porque haya sido la esposa de Túpac Katari, sino por el mérito propio que adornaba su personalidad.

El 13 de marzo de 1781 el ejército aymara decidió la toma de la ciudad de La Paz, sitiándola en la Ceja de El Alto,donde se levantó el campamento, desde el cual se divisaba la ciudad, donde preparaba su defensa, Sebastián de Segurola, Brigadier, líder de las milicias.

El ejército de los Katari y Sisa que durante el inicio del estado de sitio de la ciudad de La Paz (13 de marzo de 1781) contaba con 20 mil combatientes, en muy pocos días se convirtió en 40 mil y al cabo de cinco meses alcanzaron a 80 mil, con el paso del tiempo comenzaron a faltar los víveres y el agua en la ciudad sitiada.

El 21 de mayo, Túpac Katari se alejó y el ejército quedó bajo la dirección de Bartolina Sisa, su misión fue la de cuidar que el cerco a Chuquiago no se rompa, pero los españoles al ver a una mujer en la dirección, envían 300 soldados para capturarla.

Lejos de pensar en retirarse, Bartolina ordena el ataque que ella dirige y a fuerza de piedras los españoles son derrotados por el ejército andino, donde las guerreras aymaras lucharon a la par de los hombres aymaras. Se habían cumplido 109 días del cerco katarista cuando el 10 de julio de 1781, los españoles recibieron refuerzos desde Charcas.

Túpac Katari fue obligado a replegarse y en esta acción se produce la captura de Bartolina Sisa, cuando la comandanta se dirigía al campamento de Pampahasi, sus mismos acompañantes la traicionaron y la entregaron al cruel Flores, quien la condujo presa a la ciudad de La Paz, donde el genocida Segurola la encerró encadenándola en la peor de las celdas, donde los españoles torturaron a Bartolina Sisa y le dieron el peor de los tratos, pero la mantuvieron con vida esperando usarla como un cebo para capturar a Túpac Katari, quien no cayó en la trampa y envió a dos mensajeros para que entreguen alimentos, coca y oro a Bartolina Sisa.

El 5 de septiembre de 1782, Bartolina Sisa insobornable, comandante en jefa de las fuerzas emancipadoras de las naciones originarias andinas, murió ahorcada no sin antes sufrir una horrenda tortura y arrastrada a puntapiés en un inmenso charco de sangre, ya muerta Bartolina Sisa y no conforme con ello, sus verdugos descuartizaron su cuerpo y exhibieron su cabeza y sus extremidades en distintos lugares de los ayllus y caminos donde ella resistió con su lucha.

Su cabeza fue clavada en la punta de una picota, para escarmiento de los indios, decían sus verdugos, y la situaron en (Jayujayu-Marka), hoy provincia Aroma del departamento de La Paz, entre tanto que sus extremidades fueron enviadas a Tinta-Marka, una comunidad situada en la actual república del Perú, donde también fueron exhibidas en sendas picotas.

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