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martes, 6 de agosto de 2013

La Guerra de la Independencia

Para muchos autores este pasaje de la historia pre republicana, fue bautizada como la Guerra de los 15 años, aunque en realidad desde el levantamiento de Chuquisaca hasta la firma del acta de la Independencia pasaron 16 años y casi tres meses.

Pero, si hablamos de las batallas precursoras tenemos que remontarnos necesariamente a 1739, casi un siglo antes del grito libertario del Alto Perú. Ese año, Manuel Bélez de Córdoba tuvo la idea de la libertad a través del Manifiesto de Agravios, que era un documento que marcaba la línea revolucionaria y de lucha contra el yugo español. Su propósito no prosperó, por el contrario le costó la vida, pero lo que sí sobrevivió en el tiempo fue dicho documento.

Posteriormente, antes que termine el siglo XVIII se da uno de los episodios más importantes de la historia de América, porque en Oruro se registra el primer grito libertario, ocurrido el 10 de febrero de 1781. Pero, la importancia radica, al margen de la traición de los indios que devolvieron el poder al yugo español y llevaron a la cárcel a los promotores de la revolución, en la proclama de uno de los protagonistas, Sebastián Pagador quien dijo:

"Amigos, paisanos y compañeros, estad ciertos de que se intenta la más alevosa traición contra nosotros por los chapetones; esta noticia acaba de impartírseme por mi hija; en ninguna ocasión podremos dar evidentes pruebas de honor y amor por a la Patria, sino en esta. No estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémoslas en defensa de la Patria, convirtiendo toda la humanidad y rendimiento con que hasta aquí hemos sufrido la traición de los chapetones, en ira y furor, para despedazarlos y acabar, si es posible, con esta maldita raza".

Fue la primera vez que se habló de una Patria constituida. Obviamente ese hecho repercutió en muchos lugares de América y obviamente no podía ser la excepción en el Alto Perú.



MOVIMIENTO PRE INDEPENDENTISTA

Tras el 10 de febrero de 1781, tuvieron que pasar casi 30 años para que renazca la idea independentista, para ello, tuvo que pasar un hecho relevante en Europa, principalmente en España, cuando Napoleón Bonaparte invade ese país y exige la renuncia del rey Carlos IV. Como los españoles se encargaban de defender su territorio, envió a las Américas en busca de apoyo, el enviado de la Junta de Sevilla, José Manuel de Goyoneche, pero éste enviado jugaba a dos caras, ya que viajó al Brasil para comunicar de lo sucedido a la hija de Carlos IV, Carlota Joaquina quien estaba exiliada.

Pero las pretensiones de Carlota era tomar posesión de los lugares conquistados en el Alto Perú, por encima de su hermano Fernando VII y tiene el propósito junto a Goyoneche de anexar la Real Audiencia de Charcas al Brasil.

Ese aspecto no gustó a los doctores de Charcas, ya que su lealtad era hacia Fernando VII, pero también pensaban en liberarse de España. Dos posturas se formularon en la Audiencia de Charcas, la defensa Carlotina y el cuestionamiento de las autoridades.

La víspera del 25 de mayo de 1809, el presidente de la Audiencia, García León y Pizarro, ordenó el arresto para los oidores, el fiscal Andreu y de los hermanos Manuel y Jaime Zudáñez, quienes eran miembros del Cabildo. Aquella situación no gustó a los habitantes de Charcas y se levantaron en armas para exigir la liberación, principalmente de los Zudáñez. Posteriormente, se envió emisarios a Potosí, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, para comunicar lo sucedido y se inicie la defensa de Fernando VII del régimen de Carlota, representado por Manuel de Goyoneche.

En La Paz, el 16 de julio de 1809, después de la procesión de la Virgen del Carmen, un grupo de conspiradores, propietarios de varias haciendas en La Paz detuvieron al intendente, Tadeo Dávila y llamaron a Cabildo. El levantamiento se realizó bajo la consigna "Viva Fernando VII, mueran los traidores".

Obligaron a los españoles a jurar alianza a los criollos, Pedro Domingo Murillo fue nombrado jefe militar y se formó la Junta Tuitiva, que sería disuelta en menos de un año. Murillo, fue traicionado y tomado prisionero, murió en la horca el 29 de enero de 1810, tras la llegada de Goyoneche a La Paz, que juzgó a los insurrectos.

En la segunda mitad de 1810 tres revoluciones se armaron en Cochabamba, Oruro y Potosí. La primera se iniciaba en la población de Toledo, muy cerca de Oruro, con la participación de Manuel Titichoca, quien encabeza la insurrección, sin embargo, desde la Audiencia de Charcas se pide a Francisco del Ribero, Esteban Arze y Melchor Guzmán, que estaban en Cochabamba que apacigüen la revolución. A su retorno desconocen a las autoridades de la Audiencia y el 14 de septiembre, Ribero proclama la causa de la independencia, se forma una junta de guerra y se llama a un cabildo para apoyar la liberación del Virreynato de Buenos Aires de los españoles, ocurrido el 25 de mayo de 1810.

Como Oruro estaba ocupado por los realistas y era un paso estratégico entre Potosí y La Paz, el 6 de octubre de 1810 se levanta en Oruro Tomás Barrón, quien después se une a Ribero y Arze, para consolidar el triunfo de la Aroma.

Mientras que en Potosí, se convocó a un cabildo el 10 de noviembre del mismo año y se depuso al gobernador, Paula Sanz y se proclamó la adhesión a la Junta de Buenos Aires.

Después del grito libertario de Cochabamba, Francisco del Ribero se dirige a Santa Cruz, se destituye el 24 de septiembre, al subdelegado Pedro José Toledo y se nombra a Antonio Vicente de Seoane, quien forma el 27 de mayo de 1811, la "junta independentista", muy al margen de la de Cochabamba.

Varios grupos de insurgentes surgieron en contra del yugo español, uno de ellos, que se formó espontáneamente fue el de Tarija, a la cabeza de Eustaquio Méndez Arenas, conocido como el "moto Méndez". Liderizó su ejército patriótico contra un reducido ejército español en la batalla de la Tablada, el 15 de abril de 1817, allí se consolidó la gesta libertaria de Tarija.

Entre 1812 y 1823, los rebeldes del Alto Perú no solo tuvieron que luchar en contra de los españoles, sino que después de la emancipación de Buenos Aires de los realistas el 25 de mayo de 1810, se formaron los denominados ejércitos auxiliares, que fueron un total de cuatro. Su misión no sólo era acabar con los ejércitos de España, sino también llegar al Alto Perú, para intentar posesión de la Audiencia de Charcas y anexar este territorio al suyo.

Los peruanos también estuvieron pendientes del territorio que era liberado de a poco en el Alto Perú.

Simultáneamente las fuerzas de Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, desde Venezuela hasta Perú realizaron importantes combates liberando de los españoles, para la formación de la Gran Colombia, que era el sueño anhelado por Bolívar que debía formar una sola república e integrada por Venezuela, Colombia, Ecuador, el Bajo y el Alto Perú.

Una de las últimas batallas para consolidar la libertad del continente americano fue la que se realizó el 6 de agosto de 1824, los patriotas ganaron en las batallas de Junín y Ayacucho.

Posteriormente, Sucre convencido de la idea independentista del Alto Perú, envía una carta a Bolívar para hacer conocer ese propósito, sin embargo el Libertador, nunca estuvo de acuerdo con esa idea, que al final terminó cediendo para la fundación de una nueva república.

El 8 de febrero de 1825 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires expidió un decreto que dejaba en libertad a las provincias del alto Perú para que decidan su suerte. De la misma manera, pasó con el Congreso Constituyente del Perú, ocurrido el 23 de febrero del mismo año.

El 9 de febrero de 1825, Sucre y Casimiro Olañeta emiten un decreto para la formación de la Asamblea Constituyente que debía realizar en Oruro el 15 de abril.

El 16 de mayo acepta Bolívar la decisión de Sucre de formar la Asamblea Constituyente y deja al Mariscal a su cargo el territorio. La Asamblea al final se reúne en julio de 1825 en Chuquisaca y el 6 de Agosto de 1825 nace la nueva república con la firma del Acta de la Independencia.

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