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martes, 4 de junio de 2013

El 4 de junio de 1830, día viernes, asesinan Antonio José de Sucre

El 4 de junio de 1830, día viernes, muy temprano por la mañana, Antonio José de Sucre, advertido de los riesgos que corría, toma el camino a Quito en un intento de poner fin a los odios y los intereses de políticos regionales. En el sendero estrecho a Cabuyal, en las montañas de Berruecos, cuatro asesinos contactados por el general José María Obando lo esperan. Ellos son: Apolinar Morillo, José Erazo, Juan Sarría y los hermanos Rodríguez. Cuando pasa la comitiva, una voz grita: “¡Mariscal Sucre!”. El joven militar, de apenas 35 años de edad, voltea y en el acto suenan los disparos. Sólo alcanza a decir: “¡Ay balazo!”. Y cae muerto víctima de una cobarde emboscada. Cumplido el “trabajito” los asesinos se reúnen en la casa de Erazo y se reparten diez pesos a cada uno de los tres contratados que dan cum-plida la misión y desaparecen del lugar.

Bolívar que está enfermo en su hacienda de Cartagena, al conocer el trágico suceso, con profundo pesar, exclama: “¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre del inocente Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón, mató a Colombia y me quitó la vida”.

Antonio José de Sucre Sucre: político, estadista y brillante militar nace en Cumaná, Venezuela, el 3 de febrero de 1795. Su primera educación es de las mejores, hijo de una acomodada familia de tradición militar, padre, abuelo y bisiabuelos visten el uniforme real. Cuando cumple los quince años ya es alférez de ingenieros en el ejército de Miranda, 1810. Soplan vientos libertarios.

En 1813 bajo las órdenes del general Mariño participa en la campaña de Venezuela tomando Cumaná y organiza el ejército del Oriente, ya es teniente coronel. Como general de brigada se une a Bolívar en Angostura en 1818, se encarga de la provisión de armas a los patriotas.

El año 21 comienza su época gloriosa. Salva a Guayaquil, cuando la traición de un Jefe expone el Departamento a recaer en poder de los españoles. Un año después inicia la campaña de liberación de Ecuador, que tiene su culminación en la batalla de Pichincha, librada el 24 de mayo de 1822. Con esta victoria de Sucre se consolida la independencia de la Gran Colombia.

El 6 de agosto de 1824 participa junto a Bolívar en la batalla de Junín, y el 9 de diciembre del mismo año vence al virrey La Serna en la gloriosa batalla de Ayacucho, Perú, último y poderoso bastión español. Bolívar le premia por esta decisiva acción con el título de Gran Mariscal de Ayacucho y el ascenso a General en Jefe de los Ejércitos Libertarios.

Ingresa al Alto Perú en febrero de 1825, crea la República de Bolivia, 6 de agosto de 1825, siendo su presidente por dos años. A conse-cuencia del motín del 18 de abril de 1828 donde es herido de dos balazos, abandona Bolivia por presiones de los peruanos que se oponen a la independencia boliviana. Se dirige al Ecuador con su esposa Mariana Carcelén y su hija María Teresa.

En una breve y fulminante campaña militar, Sucre derrota a las tropas peruanas que invaden Quito (Ecuador) en la batalla de Portete de Tarqui, 27 de febrero de 1829. En un momento en que la Gran Colombia se encontraba en proceso de desintegración, Sucre es asesinado por los enemigos de Bolívar, del Gran Mariscal y de la unidad de la Gran Colombia.

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