En el acto de conmemoración del 78.o aniversario de la firma del acuerdo de paz entre Bolivia y Paraguay, que se recuerda hoy, solo participarán ocho de los 14 excombatientes de la Guerra del Chaco. Los otros seis están postrados en cama.
Las dolencias no son la única causa de la inasistencia de los excombatientes a los actos oficiales, que se celebrarán en instalaciones de la Policía Militar, sino que también tienen problemas para cobrar la renta vitalicia que reciben del Estado.
Representantes de la Federación Departamental de Excombatientes de la Guerra del Chaco hacen gestiones para que el dinero llegue al domicilio de cada benemérito, que participaron del conflicto entre Paraguay y Bolivia, iniciado el 10 de mayo de 1932 y finalizó el 14 de junio de 1935.
Anécdotas
“No tengo plata, pero tengo el orgullo de haber servido a mi patria cuando me necesitó”, dice Mauro Vaca Castro, de 99 años, más conocido en el campo de batalla como ‘Mula Vaca’. Se fue a la guerra cuando tenía 18 años, junto a otros 599 jóvenes que dejaron su natal Santa Ana de Yacuma para internarse en el Chaco Boreal. Relató que en pleno combate tuvo que matar a su coronel para sobrevivir.
El incidente se produjo en una lucha de boxeo, pues en ese juego Vaca golpeó en los testículos a su contrincante y en represalia estaba por recibir golpes del coronel, justo cuando estaba en la línea de combate. “Era prohibido golpear cuando estaba en línea”, recordó el hombre que fue condenado al paredón, pero que se salvó gracias a la intervención del jefe del Regimiento Pérez 3 de Infantería. Fue castigado al frente de una cuadrilla durante un mes, pero sin derecho a disparar.
Carlos Cano Peralta a sus 17 años abandonó el colegio La Salle de La Paz para irse a la guerra y con la esperanza de rencontrarse con sus hermanos José y Raúl, que estaban en el conflicto. No tuvo suerte, fue designado a otro regimiento y el encuentro se dio dos años después de la guerra, tras la firma del acuerdo de paz
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