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miércoles, 7 de agosto de 2013

Bolívar y Sucre unidos por la sangre y la gloria

Si Dios diese a los hombres escoger familia, yo elegiría por padre a Don María Mosquera, y por hijo al General Sucre.

Palabras del Libertador Simón Bolívar, Tomo 9 de las Memorias de Florencio O’Leary.

Así tituló el historiador e Individuo Número de la Academia de la Historia Luis Alberto Sucre Urbaneja su investigación sobre la genealogía del Libertador Simón Bolívar y de su pariente el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre y Alcalá, salvo que yo uso la palabra unidos por la “Sangre” y Sucre Urbaneja utilizó, por el “Linaje”. Este estudio del historiador antes mencionado se publicó por primera vez en 1924 con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho. Y hace muchos años que desapareció de aún de las más rezagadas “librerías de viejos” de Caracas. Que se sepa, más nunca se ha vuelto a publicar. Por lo que algunas personas que desconocen totalmente el hecho lo ponen en duda y otras hasta llegan a decir de quienes lo mencionan en sus charlas o conversaciones que “están distorsionando la historia”.

Vayamos al estudio del historiador Luis Alberto Urbaneja y veamos el siguiente cuadro:

El historiador Luis Alberto Sucre Urbaneja, con relación a sus estudios genealógicos nos dice que, “Las Familias del Libertador y las del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre llegaron a confundirse”. El libertador Simón Bolívar desciende del tronco conformado por el matrimonio Francisco Infante, el Mozo, con Francisca de Ponte y Paz, mientras que el Mariscal Sucre desciende de ese otro tronco conformado por Francisca Rojas, hermana de Francisco Infante, padre de Infante el Mozo, en matrimonio con Andrés Vásquez Bocanegra.

Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, como dije, eran parientes, descendientes ambos de Francisco Infante, uno de los fundadores de Caracas y principal rival de Diego de Losada, de quien también era descendiente Bolívar, tal como lo era de Alonso Andrea de Ledesma, el personaje que en mayo de 1595, dice la historia encontró la muerte al enfrentarse absolutamente sólo, montado en un flaco jamelgo y cubierto por una vieja armadura oxidada y con un bacín por yelmo, una lanza y una adarga a los piratas ingleses que tomaron por la fuerza a Santiago de León de Caracas, lo cual bien puede ser la noticia que inspiró a Miguel de Cervantes la creación de Don Quijote de la Mancha, que también se llamaba Alonso. Por su lado el historiador español, Felipe Francia hizo otro trabajo sobre: PROGENITORES DEL GENERAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE, GRAN MARISCAL DE AYACUCHO. Este trabajo fue publicado por la Academia de la Historia de Venezuela en su libro “Ediciones conmemorativas en el LXXXV Aniversario de su fundación.” Tomo II. Caracas, Venezuela 1966. Allí Ud. puede leer en la página 28 y la genealogía de Rendón Sarmiento, pariente de Gran Mariscal de Ayacucho. En la página 29 de ese libro Uds. puede leer: "Don Diego Rendón Sarmiento y Palacio (Pariente de Simón Bolívar) nació en Cumaná y fue bautizado, el 27 de marzo de 1663, por el cura de la iglesia parroquial, Don Agustín Centeno, apadrinado por Don Juan de Torres.

Fue teniente de Justicia Mayor y Capitán de Guerra del pueblo de Santa Fe. Con el grado de mayor se casó en Cumana, el 30 de abril con Doña Ana Sánchez. (parienta de Antonio José de Sucre.

Una vez visto la unión por las Sangre (linaje) del Libertador con el Gran Mariscal de Ayacucho recordemos en un breve bosquejo qué los unió en su Gloria:

ENCARGOS DEL LIBERTADOR A SUCRE

• 1 - 1817 - Gobernador de la Plaza de la Antigua Guayana

• 2 - 1820 - Encargado de comprar armas en las Antillas para la lucha por la independencia. Lo hace porque Sucre hablaba tres idiomas el de su cuna español, francés e inglés. Las compró en Saint Thomas y últimamente se ha dicho que también compró armamento en Haití. Adquirió 9.640 fusiles de los 10.000 que se propuso comprar más municiones, cañones y carritos de madera para su transporte. Estas armas fueron utilizadas durante toda la guerra de la independencia, no se compró más, el armamento adicional que usaron los patriotas eran el que le quitaban al enemigo cuando en batalla los derrotaban.

• 3 - 1820 La redacción del Armisticio y Tratado de Regularización de la Guerra, 26 de noviembre de 1820. Fue la obra magnánima de Antonio José de Sucre, de él dijo el Libertador: “Este tratado es digno del alma del general Sucre: la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron: él será eterno como el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra: él será eterno como el nombre del vencedor de Ayacucho”

• 4 - 1820 Jefe del E.M.G. del Ejército Libertador. El Libertador Simón Bolívar escoge el plan del general Sucre para la campaña de Carabobo, de él dijo el historiador Lino Duarte Level en su Historia Patria: El plan de campaña de 1821 fue obra de Sucre. El Libertador lo aprobó y lo ejecutó. “Sucre trazó magistralmente la campaña de 1821. Bolívar la ejecutó con precisión militar. Para aquel la gloría de la concepción y del genio para éste los honores del triunfo; para Páez los laureles de la victoria; para Cedeño y Plaza las palmas del martirio.” Lino Duarte Level Historia Patria.

• 5 1821 Jefe del Ejército al Sur de Colombia

• 6 - 1822 Comandante general del Departamento de Quito.

• 7 - 1824 Planificación de la campaña de Junín Batalla de Junín. Aquí vemos tanto a Bolívar como Sucre haciendo los preparativos para esa batalla, los dos se ocuparon de apertrechar muy bien las tropas, de tener ganado como alimento para el ejército, de construir caminos por senderos en donde sólo pasaban dos personas y de tener muy bien abrigados a sus soldados porque en las alturas de las pampas de Junín el frio era y es glacial 0º Centígrado.

LA BATALLA DE JUNÍN

Se dio el 6 de agosto de 1824 en las pampas de Junín y aun cuando el general Sucre fue el jefe de la infantería y además había planificado dicha batalla, no entró en combate. Fue una batalla sangrienta donde no se disparó un solo tiro de fusil, se peleó a lanza y sable. Los héroes fueron los lanceros que habían guerreado bajo el mando del general Páez, quienes por órdenes del Libertador utilizaron la famosa táctica de “Vuelvan Caras” La carga de nuestros llaneros hacía temblar la tierra, escribió O’Connor.

ÚLTIMA GLORIA GUERRERA DE LA UNIÓN DE BOLÍVAR Y SUCRE

Campaña de Ayacucho: igual que lo hicieron para la campaña de Junín, Bolívar y Sucre unieron esfuerzos para lograr el más glorioso triunfo jamás obtenido por general alguno en Sur América, como lo obtuvo el general Antonio José de Sucre y Alcalá en Ayacucho (9 de diciembre de 1824) el cual libró a Sur América de ser colonia de los españoles y tan sólo quedaron Cuba y Puerto Rico en sus manos. Cuba ganaría su Independencia, el 20 de mayo de 1902, de los Estados Unidos y Puerto Rico aún no la ha obtenido.

El historiador José María Baralt en el Tomo III de su Historia de Venezuela nos dice: “Prodigios de organización y de economía realizaron Bolívar y Sucre en los cinco meses empleados en preparar al ejército. De las minas de Huamachuco lograron extraer plomo; bajo su inmediata dirección o siguiendo sus instrucciones, se fabricaron telas para vestir a los soldados semidesnudos por las continuas marchas en persecución del enemigo y sus adeptos; y con anticipación prepararon pescana bien prevista de leña y víveres, para las tropas, en la travesía de la gran cordillera central. La caja del ejército proveyóse ampliamente, y las tropas se pusieron en marcha, con grandes acopios de ganado y grano acostumbrados ya al soroche y a las punas y como decía el Libertador en su lenguaje pintoresco, a saltar por encima de peñas como los guanacos (llamas) en cuyo país iban hacer la guerra. Los departamentos del sur de Colombia, el Ecuador, Guayas y Azuay, mantenidos a las órdenes del Libertador, en su carácter de Presidente de Colombia, le proporcionaron reclutas, paños, lanzas al estilo apureño y otros artículos.”

El Libertador fue impedido por el Congreso controlado por Santander a mandar tropas invocando la ley del 28 de julio, la cual no permitía a un presidente estar guerreando, por ello Bolívar no puso objeción alguna y le cedió el mando al general Antonio José de Sucre.

El general Sucre con su glorioso ejército de 5.780 soldados derrotó el 9 de diciembre de 1824 a los realistas al mando del Virrey La Serna y de su Jefe de Estado Mayor José Canterac, quien fue el que firmó la Capitulación por estar herido el Virrey La Serna cuyas tropas llegaba a casi 10.000 soldados. Todos los integrantes del ejército patriotas fueron ascendidos en sus cargos y se les otorgó la condecoración de Ayacucho, a los generales les dieron la medalla de Ayacucho. Al Libertador y a Sucre les dieron unas medallas diferentes a las de los otros generales, venían con círculos de diamantes alrededor de las medallas de oro. Al general en jefe Sucre se le premió también con una espada de oro llena de piedras preciosas, pero el gran premio para el general Antonio José de Sucre y Alcalá fue el título de Gran Mariscal de Ayacucho otorgado por el Libertador Simón Bolívar el 27 de diciembre de 1824.

Las festividades por este gran triunfo no se hicieron esperar en muchos países del mundo se celebró con grandes festividades, incluso cuando el Libertador llegó al Alto Perú, hoy Bolivia hasta corridas de toro hubo. Allí Bolívar se rasuraría para siempre si bigote y hoy se conoce más el rostro del Libertador sin bigotes que con ellos a pesar de haberlos llevado hasta el 4 de octubre de 1825.

ANTECEDENTES DE LA BATALLA DE TARQUI (26 de febrero de 1829)

El problema limítrofe entre el Ecuador y el Perú ha deteriorado notablemente la economía de los dos países y ha calado hondo en su cultura dejando huellas de horror, de violencia, de frustración y de odio hacia el “otro” país considerado como “enemigo”. Las fobias transmitidas por generaciones difícilmente se borran con un “Acuerdo de Paz” a no ser que en este caso el Ecuador practique una política de Estado y educativa seria y responsable que contribuya a su eliminación.

A finales de 1827 las discrepancias limítrofes entre La Gran Colombia y el Perú fueron agravándose cada vez más el Gobierno de la Gran Colombia reafirmó que la ley de la controversia limítrofe consistía en el uti possidetis juri, principio de armonía por el cual debía regirse los estados independientes de la América. Sin embargo, el Gobierno de Perú no se desprendería de esa jurisdicción. Las controversias diplomáticas entre Colombia y Perú fueron aumentando progresivamente hasta producirse una guerra que se inició en el Océano Pacífico frente a la costa de la ciudad de Guayaquil. Una escuadra peruana bloqueó a Guayaquil y poco después inició el ataque al puerto desembarcando algunas tropas en los alrededores. (1)

Juan Carlos Jaramillo Sevilla (2)

El Libertador viendo esta situación únicamente confió en Sucre que como diplomático y guerrero resolviese esta situación y le escribió para que se trasladara a Guayaquil. El cumanés quien estaba llevando una vida tranquila desde el 17 de septiembre de 1828 cuando llegó a Ecuador tras abandonar su presidencia en Bolivia, pero que su pasión era guerrear, de inmediato se traslado a Guayaquil y tomó el mando del ejército que tenía el general Juan José Flores a su mando. Sucre trata de pactar con mariscal José Lamar para que deponga su actitud y no haya una guerra entre los dos países. Lamar no quiso pacto alguno, más bien el 26 de febrero trató de sorprender al general Antonio José de Sucre en el campo de batalla, pero sufrió una derrota aplastante, por las hábiles maniobras del ejército gran colombiano al mando de Antonio José de Sucre.

El triunfo en Tarqui no fue celebrado por Bolívar y Sucre juntos, después de Ayacucho no volverían a celebrar unidos ningún triunfo militar porque cuando el Gran Mariscal de Ayacucho derrotó al Mariscal La Mar en Tarqui, Ecuador (27 de febrero de 1829) tras éste haber invadido a esa nación con la intención de despojar a Ecuador de la provincia de Guayaquil, Bolívar celebró ese triunfo en Cumbal, Colombia.

A partir de aquí comienza el ocaso de nuestros más grandes libertadores y héroes de la patria. Sucre caería asesinado en Berruecos el 4 de junio de 1830 y Bolívar muere triste y muy poco acompañado el 17 de diciembre de 1830.

Durante su vida no hubo lucero en Sur América y quizá en el mundo que alumbrase más que ellos.

Notas:

1) Ecuador. Debate Nº 59.

2) Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y Licenciado en Peda-gogía por la Universidad de Santia-go de Compostela. Experto en Inserción Social y Laboral de Jóvenes por el Instituto de Estudios Superiores de la Fundación Universitaria San Pablo CEU de Madrid (Sede en Santiago de Compostela). Técnico de Inserción Laboral del Programa “Mentor” de la Consellería de Familia e Promoción do Emprego, Mu-ller e Xuventude de la Xunta de Galicia (Gobierno Autónomo de Galicia-España).


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