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viernes, 17 de julio de 2015

El terrorismo que preparó el golpe de García Meza



Primero fue el atentado al semanario Aquí, luego el asesinato del sacerdote jesuita Luis Espinal, el atentado contra el avión en el que iban dirigentes de la Unidad Democrática Popular (UDP), después el atentado a Hernán Siles Zuazo y el golpe de Estado llegó…

1980 fue un mal año para el país. Su primer semestre comenzó con una escalada de terrorismo militar operada por Luis Arce Gómez y Klaus Barbie (Altmann).

Esa ola solo sería el principio de más violencia que desembocó en el 17 de julio, hace 35 años, cuando Luis García Meza tomó el poder por la fuerza.

Los partidos políticos estaban en campaña electoral para las elecciones generales del 29 de junio de ese año. Sin embargo, la UDP había ganado consecutivamente los comicios de 1978, 1979. Saldría victorioso también en las elecciones para las que se hacía campaña durante los meses del terror que antecedieron al golpe del 17 de julio de 1980. Tras ganar la UDP, Siles Zuazo debía ser investido el 6 de agosto de ese mismo año.

La izquierda boliviana, si bien no toda, daba un giro: de ser enemiga de la democracia al preconizar la lucha armada que lleve a la dictadura del proletariado y al socialismo, para luego llegar al comunismo, formó una alianza amplia que quería jugar bajo las reglas de la democracia. Ese pacto se llamó UDP. El Partido Socialista 1 (PS-1), que no estuvo en esa alianza, también adoptaba, como suyas, las banderas de la democracia.

Aunque la UDP ganó dos elecciones consecutivas, Jaime Paz Zamora, quien entonces fue vicepresidente electo por la UDP, considera 35 años después que el golpismo no quería irse. Cuando no había un golpe militar, los “operadores civiles del golpismo” empantanaban la elección en el Congreso para evitar que un frente de izquierda llegase al poder. Se elegía entonces como presidentes, incluso, a personas que no habían candidateado. Así, llegaron a la primera magistratura Wálter Guevara Arce antes de Lydia Gueiler, la primera mujer en gobernar el país. Ella estaba al mando en 1980.

“Se estaba haciendo una revolución al instaurar la democracia, pero el golpismo civil-militar no quería irse. Los partidos tradicionales, como el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) y ADN (Acción Democrática Nacionalista), eran parte de eso”, juzga ahora Paz Zamora.

El terror comenzó el 7 de febrero con el atentado con explosivos al semanario Aquí, dirigido por Luis Espinal. Sin embargo, el hecho que despertó los peores temores de los ciudadanos fue, precisamente, el asesinato de Espinal, brutalmente torturado y muerto por el impacto de más de diez balas. Si había gente que era capaz de asesinar de esa forma a un sacerdote, solamente podía esperarse lo peor. Eso ocurrió el 22 de marzo.

Los meses siguientes pasaron en medio de actos de intimidación. Por ejemplo, la casa del jurista Aníbal Aguilar fue dinamitada, de quien se dice que conoció horas antes la identidad de los asesinos de Espinal, según el libro Lucho Espinal, testigo de nuestra América, de la Asamblea Permanente de DDHH.

La campaña de los partidos siguió a pesar del terror. “El golpe fue el último recurso para parar a la UDP. Hay una ola de violencia, el golpe no cae como paracaidista”, puntualizó Paz Zamora.

El 2 de junio, a menos de un mes de los comicios y pocas horas después de que el domicilio de Paz Zamora fuera dinamitado, tres dirigentes de la UDP abordaron un avión que luego se desplomó. “Por milagro no subió Siles. El atentado era para Siles y para mí, y resultó que Siles no subió y yo soy el único que sobrevivo”, cuenta Paz Zamora. Hernán Siles Zuazo canceló el viaje por motivos de salud y la casualidad salvó su vida. La aeronave cayó cerca de Laja.

Murieron Jorge Álvarez Plata, Enrique Barragán y Jorge Sattori, además del piloto y un periodista.

“Yo salí al exterior (Washington, EEUU) para que me atiendan porque estaba muy quemado. Pero el 27 de junio era el cierre de campaña de la UDP en San Francisco. Un acto multitudinario. Mandé un mensaje grabado”, relata.

Como era costumbre —narra el expresidente— se bajó de San Francisco hacia El Prado en marcha por la Mariscal Santa Cruz. Del edificio Petrolero lanzaron tres granadas a Siles. Los terroristas terminaron con la vida de tres personas (dos de ellas, niños) más varios heridos, pero el aspirante presidencial sobrevivió.

El 29 de junio se llevaron a cabo las elecciones y la UDP ganó. “Ante el fracaso de asesinar, y vino el golpe el 17 de julio. Lo da el sector militar que se puso contra (Hugo) Banzer cuando éste llamó a elecciones en 1977”, relata.

La sentencia del juicio de responsabilidades no culpó a García Meza por estos delitos; no se logró probar que tuviese participación. Pero para las víctimas de la violencia militar, la violencia previa se produjo por los militares que llegaron al poder en 1980. Meza, condenado a 30 años de cárcel, asegura que es inocente de estos actos.

Condenado por hechos de violencia

Pena

Luis García Meza y Luis Arce Gómez fueron sentenciados a la pena máxima (30 años de cárcel sin derecho a indulto).

Genocidio

Se probó que ambos fueron autores intelectuales de la masacre de la Harrington.

Quiroga

También se los sindicó del asesinato y desaparición de Marcelo Quiroga, cuyos restos no han sido hallados y aún resta cooperación.

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