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domingo, 27 de octubre de 2013

Entre el baile y la danza los inicios de Oruro

A finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, a la fundación de Oruro, la Ranchería de indios donde aún se sitúa los predios de la actual iglesia de San Miguel de la Ranchería, se constituía en la población más importante de las poblaciones que existían alrededor de las minas de Oruro.

La Ranchería constituía el tambo, plácemes para el viajero o comerciante, allí de seguro se reunían y estaban los principales servicios vinculados a la minería, herreros, comerciantes, etc. Varias de las poblaciones de indígenas venidas de afuera se conglomeraban en este sitio. Recordemos que ya para esa época la población nativa del lugar o había sido asimilada a otras costumbres o simplemente no existía. Allí el conglomerado era de una diversidad desde donde se descolgaban a los otros Asientos de minas existentes en Oruro.

Así pues las fiestas religiosas y cualquier otro acontecimiento importante se desarrollaban en este lugar, los ajetreos en el "corral de las comedias", de seguro molestaban a los enfermos del hospital que regentaban los curas de la iglesia de San Miguel. Como recuerdo de esos días la calle que llegaba a la ciudad de los españoles se llamaba la calle del Hospicio. El hospicio donde ahora todavía alberga a niñas y toma el nombre de Hogar de Niñas Penny.

Los afanes de la gente para recibir a los comediantes, esperado por las gentes del villorio español y los estantes de la ranchería, eran de seguro noticia para cualquier morador, indios, moros y otros extranjeros, gentes dedicadas de uno u otro modo, a los requerimientos de la minería.

Los comediantes aquí en la América reproducían los comienzos de la edad de oro del teatro español. Aquí debo obligarme a explicar en qué consistía el teatro del pueblo y el teatro cortesano, la diferencia entre baile y danza.

La danza cortesana principiaba un refinamiento y desarrollo en el renacimiento hacia una actividad artística profesional, la danza cortesana fomentada y sostenida por los españoles que aspiraban a nobleza, tenía ya un maestro de danza, su actividad se desarrollaba en los palacios. Pero ya entrado el siglo XVII es "danza espectacular y profesional". Las fiestas cortesanas parecían copias a cual más original, allí en España o aquí en la América. En España, en los días de febrero a mediados del siglo XVII de los balcones se arrojaban huevos dorados y llenos de aguas con perfumes, en Oruro todavía se juega con agua pura y limpia en los días de Carnaval (amén de los censuradores del juego).

Si las minas traían consigo la demanda de diversiones, la iglesia desarrolla una serie de actividades para mantener su hegemonía sobre todo en esta parte del mundo, y bambolea entre la danza o el baile. En España en la fiestas de "Corpus Christi" se desarrollan "Danzas simbólicas" como la "Danza en la que haya siete virtudes y siete pecados", "Los ángeles y los demonios", "Los siete pecados mortales", "Los sacramentos", como se verá éstas de seguro también llegaron a América y al corral de comedias de la Ranchería.

El baile estaba ligado a las gentes de los villorrios, de estas gentes "sus mismas preocupaciones, directamente unidas a la Naturaleza, hacen, que no se olviden sus danzas primitivas, sino que se transformen. Son bailes saltados, nada parecidos a la pomposa danza aristocrática, y recuerdan el mismo patear primitivo del suelo o las expansiones de cabriolas alegres o pantomímicas de otros tiempos, que encierran mucho de una herencia significativamente mítica", sin llegar a analogías simples, podemos decir que las danzas ceremoniales traídas desde todos los pueblos

indios se entremezclan y se convierten en bailes con esta u otra modificación.

Danza y baile se diferenciaban y el teatro provoca todavía más su distintivo. La danza y baile se introducen en el teatro y de cuando y como se realice el teatro la danza elucubra uno u otro matiz. De sus espectadores y de sus actores esos matices se hacían peculiares tan locales como se concebía más allá de los mares.

El teatro tiene sus propios estamentos sociales, los teatros cortesanos, los de la iglesia y los dirigidos al pueblo. De aquellos donde la formalidad arrastra a una inacción o donde se pueda llegar hasta rayar en el libertinaje, de aquellos que aspiran a ir a otro ambiente de una movilidad social que puede darse a través de la riqueza que las minas dan.

En el teatro popular se entremezclan y saltan desde el retablo de iglesia a los corrales los autos sacramentales y las comedias, ambas dirigidas al pueblo por lo mismo con un mismo tinte, un tanto burlesco otro tanto evangelizador. Los autos sacramentales en España son "prohibidos para los curas" por la burla con que se refieren a ellos pero no son censurados para el pueblo entendiéndose la alta influencia política y social de la misma. Los autos sacramentales eran lo que sería un panfleto para el siglo anterior o lo que hoy son las comedias que vemos en la televisión.

Si España quiere ser llevada a Potosí, de seguro que Potosí quiere ser llevada a Oruro. Desde Potosí se vinieron los mineros que perdieron sus bienes y de allí los artesanos moros, negros e indios para tratar de ser libres, de España y otros lados se vinieron a Oruro para hacer un poco de riqueza. Los sastres reportados en la fundación son tantos para una población pequeña de Oruro que sólo se explica con la población de la Ranchería y los desocupados que menta a la fundación de Oruro. El corral de comedias al ser un centro no sólo de diversión sino y sobre todo un lugar donde noticias fluyen, los últimos avances de la tecnología, los chismes y diretes de otros lares en ésta geografía como España, hacían del corral un centro donde los fluían las comunicaciones y donde, como no la diversión, se llegaba con bebida y burdel.

Si bien la Ranchería puede no haber sido el lugar de fundación de Oruro, ha sido el villorrio donde tuvieron su asiento antes y después de la fundación los acontecimientos más importantes de lo que sería Oruro.

Por ello el teatro con actores locales no está totalmente claro, la única pieza teatral de finales de la Colonia, siglo XVIII, ha sido desarrollado en la iglesia del beaterio, parangonando a lo ocurrido en la iglesia de San Miguel un "corral de comedia".

El teatro callejero desarrollado en el Socavón, que marca la ruptura con algunas instituciones coloniales, es el Relato de los Incas, siendo lo más cercano de lo que ocurría en la colonia.

Entre el baile y la danza, la música los actores y los estantes que se divierten, entre bebida y los carneros de la tierra como se conocía a las flamas, comilonas de los estantes del villorrio, incluido españoles, se ha forjado una de las heredades, el carnaval, que después ha sido difundido como tal en toda Bolivia.

Nota: salvando los horrores y errores de la escritura, queda en el tintero escribir sobre el teatro, corral de las comedias, los pueblos indios y los asientos de minas.

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