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domingo, 27 de octubre de 2013

Sólo un expresidente tiene más de 100 hijos que aún lloran su muerte

Al menos cuatro expresidentes de la nación yacen en el Cementerio General de Cochabamba, pero sólo uno tiene su última morada colmada de flores, se trata del “general del pueblo” René Barrientos Ortuño.

“Son los más de 100 hijos que tuvo y mantuvo”, expresó el exdirector de Cultura de Quillacollo Carlos Vargas, refiriéndose a las decenas de hijos naturales, reconocidos y k’ipas (ilegítimos) que tenía.

Barrientos fue uno de los mandatarios más carismáticos de una larga época de dictaduras. Además de su criollismo y los frecuentes viajes en helicóptero, los pobladores recuerdan el cariño que sentía por los niños.

“Cuando Barrientos llegó a Tapacarí una vez, alguien se acercó a pedirle ayuda y en respuesta él preguntó cuántos niños huérfanos habían allí, y en el acto a toditos los hizo reconocer como hijos suyos”, contó Vargas.

No existe un número exacto de los hijos reconocidos y de los biológicos de Barrientos, sin embargo los testimonios de la gente e investigadores señalan que “con seguridad” pasa el número de cien.

Su mausoleo, ubicado bajo un frondoso árbol al lado derecho del pasillo central del Cementerio General de Cochabamba, es uno de los testimonios del cariño que supo ganarse Barrientos.

El mausoleo está siempre con retratos nuevos del exmandatario y plaquetas conmemorativas, una diversidad de ofrendas, desde humildes amarros de ilusiones y claveles hasta ostentosos arreglos de flores exóticas.

MELGAREJO

El expresidente Mariano Melgarejo es otro controversial personaje reconocido en la historia y que a la fecha continúa acompañando a la población. Es conocido en la historia por obsequiar el Acre boliviano a cambio de una distinción y un caballo blanco.

Tras haber sido asesinado por su cuñado y enterrado en Lima, Perú, un grupo espiritista gestionó la repatriación de sus restos, específicamente de su calavera que continuaba intacta con su larga barba.

“Escuché en la radio que un grupo de espiritistas lo quería incinerar diciendo que habían hablado con él (Melgarejo) en el más allá y que su último deseo para descansar en paz era ser incinerado”, relató el exdirector de Cultura de Quillacollo Carlos Vargas.

Tan singular noticia motivó a Vargas alertar a las autoridades municipales de Tarata y conminarlas a recuperar los restos óseos, y así lo hicieron. Con bombos y platillos llegó la calavera del expresidente al pueblo. “Se organizó un acto grande, estaban las Fuerzas Armadas, las autoridades y todo el pueblo”, contó Ricardo Cruz, periodista de canal 35 de Quillacollo.

Mientras una misa era celebrada antes de la incineración en el templo, la complicidad colectiva congregaba a los vecinos en puertas del templo. Al terminar la celebración, con gritos, fusiles y disparos al aire los pobladores lograron arrebatar los restos mortales del grupo de espiritistas e impidieron su incineración.

Ahora, la calavera de Melgarejo permanece expuesta en un pequeño altar incrustado en la pared del templo de Tarata. Las versiones populares manifiestan que su alma todavía es invocada por sectas espiritistas.

Entre otros expresidentes, en Cochabamba yacen también los restos mortales de Daniel Salamanca (1931-1934) y Carlos Quintanilla Quiroga (1939-1940), dos exmandatarios que tienen su espacio entre los ciudadanos notables, pero cuyas tumbas sólo llaman la atención por el olvido.
Daniel Salamanca, el defensor de oligarcas
Guerra del chaco El expresidente Daniel Salamanca fue considerado un representante de los intereses de la oligarquía boliviana. Presidente de Bolivia entre los años 1931 y 1934, periodo en el cual estalló la Guerra del Chaco (1932-1935) que agravó la situación económica y financiera del país.


Médicos mantienen calavera de Melgarejo
Tarata A 142 años de su muerte y 193 de su nacimiento, la calavera del expresidente Mariano Melgarejo continúa con su barba. El vicario parroquial de Tarata, Christian Rojas, informó que periódicamente un grupo de médicos llega hasta el templo para realizar un tratamiento que evite su deterioro.


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